¿Qué es la alfabetización energética y por qué es importante? Así es como Malasia aprovecha su potencial

El mundo se encuentra en un punto de inflexión crítico en el que las sociedades y las industrias se transforman rápidamente. Cambiar nuestros sistemas energéticos para que sean más limpios al tiempo que satisfacen las necesidades energéticas en todo el mundo y garantizan un futuro estable y seguro exige transformaciones a gran escala en la industria y la sociedad.

Gobiernos, líderes empresariales y organizaciones de la sociedad civil se enfrentan a la cuestión de cómo transformar los sistemas. Sin embargo, quienes son cruciales para estos cambios y a la vez se ven afectados por ellos deben comprender la transformación y cómo les afecta. No pueden quedarse atrás.

La alfabetización energética es clave para ampliar la comprensión de las complejidades que subyacen a los sistemas energéticos. Desde los hábitos de consumo individual hasta la aceptación de nuevas infraestructuras energéticas y la creación de empleo, los sistemas energéticos afectan a las actividades cotidianas de los ciudadanos. Para construir un futuro energético para todos, es fundamental concientizar a la población sobre la naturaleza multifacética del sistema energético.

Invertir en la transición energética promete beneficios socioeconómicos duraderos. Los individuos son fundamentales para lograr una transición energética rápida, equitativa e inclusiva.

Es necesario buscar un apoyo público más amplio para respaldar una transición energética equitativa e inclusiva, y preparar a las personas para sus implicaciones en la sociedad, la economía y la cultura. Para ello hay que asegurarse de que la gente comprende la complejidad de estas transformaciones, su alcance y escala, y el impacto de las distintas facetas de la transición energética.

Eso ayudaría a garantizar la inclusividad de la transición energética y la preparación de la sociedad para ella.

Aunque la equidad y la inclusión energéticas son esenciales para construir un sistema energético sólido, resiliente y adecuado a tiempo para lograr los objetivos de 2030, las partes interesadas a diferentes niveles -individuos, comunidades, empresas y gobiernos- deben participar, ya que la transición energética se desarrollará en estos diferentes niveles.

Cada vez está más claro que integrar firmemente la equidad y la inclusión en los argumentos empresariales y económicos es esencial para impulsar las oportunidades de negocio. Sin embargo, el desarrollo económico y un apoyo público más amplio a la transición energética deben ir de la mano para avanzar con rapidez, lo que exige actuar en múltiples ámbitos del sistema energético para marcar el ritmo que permita alcanzar hitos clave en 2030 y 2050.

El cambio hacia un sistema energético del futuro será un proceso multidimensional que difiere según el mercado y el país. Todos lo impulsarán y deberán desempeñar su papel: consumidores, financieros, innovadores, productores y responsables políticos.

Algunos de los enfoques necesarios para lograr un sistema energético seguro, equitativo y sostenible en 2050 son:

Fomentar una transición energética equitativa también es clave para ampliar su escala, y elevar la alfabetización energética general es un componente esencial de ello.

El Centro para la Cuarta Revolución Industrial (C4IR) de Malasia está asumiendo el reto de mejorar la alfabetización energética, ayudando a los jóvenes y a la comunidad de investigación del país a desentrañar las complejidades del triángulo energético. El C4IR de Malasia y el Centro de Energía y Materiales del Foro Económico Mundial están poniendo a prueba un programa de alfabetización energética para aumentar la concientización pública y la comprensión de la transición energética.

Malasia ocupa el puesto 35 entre 120 países por el rendimiento de su sistema energético, según el Índice de Transición Energética 2023. El índice proporciona datos y perspectivas sobre la transición energética e industrial para orientar los esfuerzos de transición. Su objetivo es concientizar sobre las lagunas y oportunidades de los sistemas energéticos e industriales en transición.

Al mismo tiempo, Malasia se ha comprometido a que el 70% de su energía proceda de recursos renovables para 2050, con estrategias y planes destacados en la Hoja de Ruta Nacional para la Transición Energética (NETR). Como país que tradicionalmente ha sido un fuerte comerciante regional de combustibles fósiles, se trata de un compromiso significativo, que debe implicar a todos los segmentos de la sociedad. Por ello, la alfabetización sobre la transición energética adquiere una importancia mucho mayor.

El programa de alfabetización energética desvelará los diferentes análisis que se han realizado para elaborar la clasificación e implicar al público en el debate sobre qué se necesita para avanzar en la equidad, la sostenibilidad y la seguridad energéticas dentro de la transición para permitir un desarrollo económico y social positivo.

El programa piloto se ampliará a través del trabajo global del Centro de Energía y Materiales para extender este enfoque y plan de estudios a diferentes públicos en todo el mundo.