Por qué América Latina está bien situada para aprovechar el potencial de la identidad Web3

Nos encontramos en un momento crucial de la historia. En 2011, Marc Andreessen proclamó célebremente que "el software se está comiendo el mundo" y ahora, en 2023, Yuval Harari advierte de que "la IA podría devorar rápidamente toda la cultura humana" . Mientras somos testigos de los peligros potenciales de los grandes modelos lingüísticos de la IA que capturan a miles de millones de personas que pueden sentirse abusadas o manipuladas, también estamos en plena transición hacia la Web3, la próxima fase de Internet cuyo objetivo es dotar a las personas de información digital que preserve la privacidad, sea verificable y resistente a las manipulaciones. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿Estamos acelerando en la dirección correcta?

Los modelos lingüísticos han suscitado debates reguladores en todo el mundo, desafiando el statu quo de la economía de la atención, en la que la acumulación de datos influye en la modificación del comportamiento. Algunos países, como Italia, han llegado a prohibir por completo su uso, preocupados por la polarización social, los problemas de salud mental y la erosión de la democracia. En lo que respecta a Web3, la normativa se ha centrado principalmente en las finanzas descentralizadas (DeFi) debido a la volatilidad y los escándalos que rodean a las criptodivisas. Por desgracia, otras aplicaciones significativas de las tecnologías descentralizadas basadas en blockchain, que desintermedian y eliminan a los agentes centralizados que dominan la "economía de la atención", están recibiendo muy poca atención en comparación con su potencial transformador.

Aprovechar el potencial de Web3 no requiere necesariamente nuevas normativas, sino una reevaluación de las existentes para evitar que obstruyan soluciones innovadoras que pueden mejorar la confianza digital. Debemos considerar los servicios gubernamentales descentralizados (DeGov) y reimaginar los sistemas de identidad sin intermediarios centrales. Si bien es cierto que regular la IA puede impulsar la confianza digital, fomentar, en lugar de bloquear, la adopción significativa de Web3 protege contra cualquier posible desconfianza. Aquí es donde América Latina toma la delantera, ya que el entorno normativo de la región es más propicio para la innovación.

Fuera de América Latina, están surgiendo marcos de confianza que aprovechan las capacidades de blockchain para crear documentos verificables y activos digitales únicos que representan la propiedad y la propia identidad. Estos marcos apuntan hacia un valor teórico en el que la identidad Web3 ayuda a reducir la burocracia (menos ineficiencias), a construir una democracia más resiliente (facilita la participación segura en línea), a crear entornos de datos más seguros (menos ciberdelincuencia) y a desencadenar una oportunidad de un billón de dólares para nuestra economía global que traerá beneficios sociales y mayores ingresos para todos - no solo para los ciudadanos privados, sino para que los gobiernos tengan una mayor capacidad para prestar servicios públicos, como la educación, la atención sanitaria y otros programas de asistencia social.

Algunos ejemplos notables son la identidad digital británica, la Infraestructura europea de servicios Blockchain (EBSI) de la Comisión Europea, la DIACC (Digital ID & Authentication Council) canadiense y la identidad digital neozelandesa, entre otros. A medida que estos ejemplos ganan credibilidad en todo el mundo, el sector público de América Latina ha mostrado un interés creciente. Entonces, ¿qué podría pasar si se aumenta el interés y la credibilidad de una región que no tiene ninguna regulación que bloquee el potencial transformador de Web3?

Un ejemplo ilustrativo de lo que es posible es la provincia de Salta en Argentina, que en abril de 2023 lanzó su portal de servicios gubernamentales en línea que permite a sus 1,4 millones de habitantes "conectar sus billeteras". Este movimiento pionero implica la descentralización de la identidad y los documentos oficiales a través de credenciales verificables mediante blockchain.

Además, ciudades como Monterrey (México), Buenos Aires (Argentina) y Bogotá (Colombia) están colaborando para hacer de la identidad descentralizada un número de identificación oficial. Juntas, están construyendo un ecosistema público-privado centrado en QuarkID, un estándar de identidad regional que aprovecha la descentralización para facilitar servicios digitales transfronterizos sin fisuras. Esto es prometedor en dos sentidos: en primer lugar, América Latina está empezando a avanzar a la velocidad que exigen los modelos lingüísticos para una actualización institucional. En segundo lugar, estos casos de uso están moviendo la aguja del valor teórico actual de Web3 al impacto real.

En los próximos meses, prevemos que más gobiernos de América Latina seguirán el ejemplo de Salta. Lograr una adopción generalizada, sin embargo, requiere importantes esfuerzos educativos y centrarse en la experiencia del usuario, ya que la gran soberanía conlleva una gran responsabilidad. Pasar de sistemas familiares, como el correo electrónico y las contraseñas, a identificadores descentralizados, claves privadas, monederos y contraseñas requiere el aprendizaje y la enseñanza de un nuevo lenguaje. Del mismo modo que las personas pueden no ser conscientes cuando los modelos lingüísticos manipulan su comportamiento, también pueden no estar preparadas para responsabilizarse de sus datos en la era de la Web3. No obstante, si aspiramos a forjar la confianza digital, fomentar el crecimiento económico y fortalecer las democracias, debemos ser audaces y abrazar las posibilidades de la identidad Web3 como puerta fundacional.

A los inversores en busca de empresas prometedoras, a los políticos que elaboran políticas con visión de futuro, a los líderes que abogan por un cambio transformador, a los académicos pioneros que dan forma a nuestro futuro y a los emprendedores que se atreven a soñar: aprovechen este momento crucial de la historia. América Latina reúne las condiciones sociales, económicas, políticas y normativas para convertirse en un próspero epicentro de innovación. Nuestras instituciones anhelan una actualización, nuestras comunidades ansían soluciones innovadoras y nuestros emprendedores esperan ansiosos apoyo. Ha llegado el momento de aprovechar el inmenso potencial de esta convergencia e invertir en un futuro próspero. Juntos, podemos estar a la altura de las circunstancias con determinación para sortear las incertidumbres que yacen en el seno de las tecnologías emergentes, los mercados emergentes y los modelos de negocio B2G. Al hacerlo, aprovecharemos el potencial de un mundo de oportunidades que darán forma a nuestro futuro digital.