Por qué los microplásticos deben quitarnos el sueño y qué podemos hacer al respecto
Pélets o bolitas de plástico son microplásticos primarios, como la pintura, los neumáticos y los textiles. Todos son fuentes importantes de contaminación por plásticos en el océano. Image: Unsplash/Sören Funk
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Climate and Nature
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- La contaminación por macroplásticos ha acaparado la atención y la movilización mundiales, pero las soluciones en cuanto a medidas reguladoras y empresariales siguen rezagadas.
- Hay que concienciar más sobre el impacto de la pintura y los neumáticos en la contaminación por microplásticos, ya que son las principales fuentes de fugas al medio ambiente.
- Las negociaciones de mayo de 2023 en París en torno al Tratado de la ONU sobre los Plásticos representan una oportunidad ineludible para establecer medidas mundiales jurídicamente vinculantes para hacer frente a la contaminación por microplásticos.
Con cada nueva investigación científica, la magnitud y el impacto de la contaminación por plásticos son cada vez más evidentes. Comemos, bebemos y respiramos microplásticos; llueven sobre nosotros e incluso se encuentran en la leche materna y alimentan a nuestros hijos.
El impacto que la contaminación por plásticos ha tenido en la salud planetaria y humana es, por tanto, meridianamente claro. El año 2023, sin embargo, encierra grandes oportunidades para que la comunidad mundial logre cambios positivos para los plásticos y el océano.
¿Por qué los microplásticos son un problema?
Los microplásticos están entrando en los ecosistemas humanos y planetarios a través de varias fuentes:
- Microplásticos primarios intencionales. Se fabrican para su uso en cosméticos, productos de cuidado personal, etc.
- Microplásticos primarios no intencionados. Estos microplásticos surgen debido al desgaste o pueden proceder de la pintura -identificada como la mayor fuente de fugas de microplásticos en todo el mundo en un informe de 2022, seguida de los neumáticos, los textiles y los pélets.
- Macroplásticos degradados o microplásticos secundarios. Se trata de productos de plástico, envases y plásticos de un solo uso que se descomponen en el medio ambiente.
Las investigaciones científicas sugieren que una persona media ingiere al menos 50 000 partículas de microplástico al año e inhala una cantidad similar. Sin embargo, es probable que la cifra real sea mucho mayor, ya que sólo se ha analizado la contaminación plástica de un pequeño número de alimentos y bebidas.
Se han expuesto las consecuencias que estos microplásticos tienen para la salud humana; por ejemplo, científicos taiwaneses descubrieron que el consumo de microplásticos había repercutido negativamente en la salud cerebral y la memoria de ratones.
Los científicos también han establecido vínculos entre la exposición cotidiana a los aditivos químicos que se filtran de los plásticos y los problemas de reproducción, salud cerebral, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer. Los efectos son evidentes en bebés, niños y adultos de todas las edades.
Por esas razones, la Comisión Europea ha llegado a la conclusión de que las crecientes pruebas científicas sobre los peligros de la contaminación incontrolada por microplásticos, combinadas con su persistencia a largo plazo y su irreversibilidad, sugieren que deben tomarse medidas razonables y proporcionales para evitar la liberación de microplásticos.
La solución
A pesar del crecimiento exponencial de las iniciativas y normativas para atajar la contaminación por plásticos, no hay indicios de que los índices de fugas estén disminuyendo. En su mayor parte, las industrias responsables de la producción de plástico y su consiguiente contaminación parecen no haberse comprometido a resolver el problema y, más bien, tratan de mantener el statu quo. Por lo tanto, las soluciones deben adoptar una forma normativa para impulsar la acción empresarial.
La acción reguladora podría imponer requisitos de etiquetado de los productos para informar a los clientes de los riesgos de una mala gestión, de las soluciones disponibles y, en última instancia, de la "responsabilidad ampliada del productor", que obliga a los productores a informar de sus datos sobre plásticos.
En marzo de 2022, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente adoptó por unanimidad la Resolución 5/14, "Poner fin a la contaminación por plásticos: hacia un instrumento internacional jurídicamente vinculante." Esta resolución supuso un hito importante y un gran salto hacia un océano libre de plástico.
El marco se negociará mediante una serie de reuniones mundiales y se espera que esté en vigor a finales de 2024. En el preámbulo de la resolución se destaca que "la contaminación por plásticos incluye los microplásticos", por lo que el Comité Intergubernamental de Negociación deberá estudiar cómo abordar la contaminación por macroplásticos y microplásticos en el acuerdo mundial.
Un reciente informe de la Cooperación Nórdica destaca la oportunidad de que el Tratado de las Naciones Unidas sobre los Plásticos aborde este problema urgente y considere los microplásticos como una categoría distinta de contaminación plástica, que justifica medidas de control específicas.
Los microplásticos se diferencian de los macroplásticos en muchos aspectos importantes. Entre ellos:
- Retos de seguimiento y control.
- Mayor toxicidad debido a su composición química.
- Riesgos potencialmente mayores para las personas, las plantas y los animales.
- Diferentes soluciones normativas y medidas de control requeridas.
Microplásticos constituyen un problema importante por sí mismos. Por estas razones, los microplásticos no deben tratarse como secundarios o subsidiarios de la contaminación por macroplásticos.
Además de la vía reglamentaria, tenemos que buscar formas de reducir la demanda de productos de plástico, poner a disposición alternativas accesibles económicamente y a escala y proporcionar instalaciones adecuadas de residuos y reciclado.
También necesitamos la plena responsabilidad de la cadena de suministro y la circularidad de los recursos. Y dado que los patrones de producción y consumo son globales, es necesaria la colaboración intersectorial y entre cadenas de valor.
Mirando hacia el futuro
Es de esperar que en el año 2023 se produzcan tres avances positivos en materia de microplásticos.
En primer lugar, la Comisión de la UE publicará su informe sobre microplásticos y las medidas reguladoras que aplicará para alcanzar el objetivo del Pacto Verde de la UE de reducir las emisiones de microplásticos al medio ambiente en un 30% para 2030. Una fuerte señal reglamentaria debería impulsar la acción de las industrias de pinturas, neumáticos y textiles para comprometerse en esta cuestión. También proporcionará una base más sólida para que los innovadores y el capital desarrollen nuevas soluciones para abordar los problemas de los microplásticos secundarios.
En segundo lugar, el Pew Charitable Trusts publicará una actualización de su informe "Breaking the Plastic Wave" de 2020. Han indicado que destacará la pintura como fuente importante de contaminación por microplásticos junto con las soluciones. Las recomendaciones de expertos como Pew sobre las emisiones de microplásticos impulsarán cambios políticos y medidas reguladoras.
Por último, y muy importante, en mayo se celebrará en París (Francia) la segunda ronda de negociaciones sobre el Tratado de la ONU sobre los plásticos. La reunión representa una oportunidad ineludible para establecer medidas mundiales jurídicamente vinculantes para hacer frente a la contaminación por microplásticos.
Los envases de plástico y los plásticos de un solo uso han ganado un lugar en el orden del día de las negociaciones del Tratado de la ONU sobre los Plásticos, en parte porque los grandes minoristas y las empresas de bienes de consumo se enfrentan a la presión de los clientes para que actúen contra la contaminación por plásticos.
No sienten la misma presión de los consumidores los fabricantes de pinturas, neumáticos, plásticos, productos químicos y textiles, cuyos productos causan gran parte de la contaminación por microplásticos. Por tanto, los gobiernos y los reguladores deben sentar a esas industrias a la mesa de negociaciones del Tratado de la ONU sobre los Plásticos para que den cuenta del importante impacto negativo de sus productos cuando acaban en el medio ambiente.
Si no nos ocupamos de los microplásticos en el marco del nuevo tratado mundial sobre plásticos, habremos perdido una oportunidad decisiva para atajar este problema omnipresente que pone en peligro la salud de las personas y la naturaleza por igual.
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