700 euros al mes de por vida: ¿Tú qué dirías ante la renta básica universal?
Image: REUTERS
Hace tan solo unas semanas se publicó un estudio que decía que el 68% de los europeos hoy votaría sí a la aplicación de una renta básica universal. Concretamente, y hablando del caso de España, dicho estudio citaba que el 69% de los españoles estaría a favor.
Sin duda, es un tema cada vez más presente en el debate social. Los argumentos a favor y en contra suenan razonables y quizás todos contengan algo de verdad; de cualquier modo, el debate es imparable e innegable. En países como Finlandia desde principios de año está funcionando un programa piloto para experimentar con la implantación de esta renta básica universal. El objetivo es reducir la pobreza y el desempleo en el país, que ronda el 8%.
Durante dos años, 2.000 personas desempleadas reciben alrededor de 560 euros mensuales; si encuentran trabajo siguen recibiendo este dinero. Eso sí, este importe será deducido de otros beneficios que estén percibiendo en el momento. En Finlandia, el salario medio mensual en el sector privado es de alrededor de 3.500 euros.
Es claro que cada país es diferente, y un programa piloto quizás no sirva como total referencia, pero puede darnos pistas de hacia adónde nos dirigimos.
Es una asignación monetaria incondicional y para siempre a toda la población que, por ejemplo en España, se fijaría en el umbral de la pobreza y se situaría entre 650 o 700 euros mensuales para las personas adultas, y alrededor de 120 euros mensuales para los menores de edad, según la propuesta de la organización Renta Básica.
La gran pregunta es si es viable económicamente. El profesor en la Facultad de Economía y Empresa en la Universidad de Barcelona y miembro de la organización Renta Básica, Daniel Raventós, nos dice que sí y lo respalda con un estudio realizado por esta organización. Según Raventós, la renta básica universal se financiaría a través de una reforma tributaria del impuesto de renta a las personas físicas (IRPF), es decir, que la población más rica debería pagar más impuestos de los que paga actualmente.
“Sería una gran redistribución de la renta”, afirma a The Objective y añade que “el 20% más rico de la población pierde respecto a la situación actual, y el 80% de la población, gana respecto a la situación actual”. Sería lo contrario, según afirman desde este organización, de lo que se ha venido produciendo a lo largo de las últimas décadas, “especialmente en los últimos años”.
Además, la RB no sería compatible con otras prestaciones monetarias públicas como el subsidio por desempleo, por ejemplo. Así, según Daniel Raventós, el dinero que hoy gasta el Estado en esos subsidios serviría también para financiar la renta básica universal. “Solo reemplazaría a subsidios monetarios que fueran redundantes con la implantación de la RB”, afirma el profesor catalán. Aquellas personas que, por ejemplo, se encontraran recibiendo un subsidio superior a la renta básica universal, se les complementaría para que no perdiesen nada. La educación, sanidad y otros servicios públicos englobados en el estado del bienestar serían intocables.
– Un ingreso de este tipo haría que todas las personas fuesen libres porque no dependerían de otro para vivir o existir socialmente; tendrían la existencia material garantizada, según afirman desde la asociación por la renta básica. El trabajo voluntario no remunerado o los trabajos no reconocidos como las tareas domésticas en casa (generalmente desempeñadas por mujeres) se verían reconocidas y remuneradas.
Por su parte, el pensador holandés Rutger Bregman (Utopía para realistas) aseguraba en el diario El País que esta medida serviría para luchar contra los trabajos basura, definidos, según él, como el “empleo que es calificado como inútil por la persona que lo desempeña”. Los defensores de la renta básica afirman que con la implantación de esta medida los trabajadores podrían decir no a trabajos que no quieran hacer y centrarse en aquellos con los que se sientan más realizados.
– La RB serviría también para luchar contra la pobreza. Rutger Bregman afirma que la pobreza es más cara para el Estado que cualquier renta básica universal. “Hay muchas pruebas científicas que demuestran que la pobreza es enormemente cara:genera más delincuencia, peores resultados académicos, enfermedades mentales… Sería mucho más económico erradicar la pobreza que combatir los síntomas que provoca”, aseguraba en El País.
– Elemento tranquilizador ante un futuro incierto provocado, entre otras cosas, por las pérdidas de puestos de trabajo a manos de las máquinas. Un estudio de la Universidad de Oxford ya apuntaba en 2013 que en Estados Unidos el 47% de los puestos de trabajo están en riesgo de ser automatizados en los próximos años.
– Elimina la “trampa de la pobreza” afirma el doctor y profesor de Economía, Daniel Raventós. Cuando se tiene acceso a subsidios condicionados, en numerosas ocasiones, afirma Raventós, los trabajadores rechazan trabajos temporales e inciertos por el miedo a perder esa ayuda económica.
– Con la renta básica universal se obtendría una simplificación administrativaporque es un ingreso que recibiría todo el mundo y que, por tanto, no conllevaría el análisis concreto de cada caso y el proceso burocrático correspondiente para dicho análisis. Esto, aseguran desde la plataforma por la renta básica, podría ser crucial para racionalizar las políticas sociales y la distribución de la riqueza.
– Paliaría, según sus defensores, los efectos negativos de la falta de trabajo, o la necesidad de aguantar sí o sí las malas condiciones laborales. Sería una manera de luchar, dicen, contra la ansiedad y la depresión (enfermedades de la sociedad moderna) que pueden provocar estas situaciones.
– Dificultad de financiación por la complicación de llevar a cabo con éxito la reforma fiscal necesaria para implementar la RB. El economista Eduardo Garzónasegura en uno de sus artículos que “incrementar notablemente los impuestos a las grandes fortunas o empresas tiene importantes consecuencias: estos agentes intentarían eludir el pago recurriendo a evasión y ocultación de capitales -lo que generaría un nuevo problema-; los empresarios con mayor poder podrían incluso repercutir estos importantes aumentos de impuestos elevando el precio de sus productos, etc”.
Por su parte, el economista liberal José Ramón Rallo (Contra la Renta Básica, 2015) ha afirmado en su blog, en referencia al proyecto piloto en Finlandia, que “la implementación de una renta básica a gran escala obligaría a subir extraordinariamente los impuestos a las clases medias y clases medias-altas, lo que también provocaría un retraimiento de su predisposición a trabajar”.
– Además del problema de la financiación, el otro gran argumento de aquellos que no están a favor de la RB es la idea de que tener un ingreso fijo y para siempre, haría que las personas desempleadas se esforzasen menos para encontrar trabajo. Según el estudio de Dalia Research, a un 52% de los europeos les preocupa que esta medida pudiera incentivar a la gente a que, directamente, dejase de trabajar.
– “El gran problema de la renta básica no es económico, sino moral”, asegura también José Ramón Rallo en su blog. El economista califica este sistema de “totalmente injusto” porque “consiste en reconocer a cada persona un derecho incondicional a obtener ingresos del resto de la sociedad. ¿Y cuál es el correlativo de un derecho incondicional? Una obligación incondicional a producir y abonar esas rentas: y una obligación incondicional a generar y entregar rentas se llama esclavitud”.
– Desvincular producción de consumo es otro de los argumentos que da este economista contra la RB. Esta desvinculación supone, según Rallo, la más “profunda contracción económica posible”.
– Por su parte, el economista Manuel Escudero afirma a The Objective que lo ve “inviable en el momento actual”. En el caso concreto de España, Escudero dice que con una deuda pública que supera el PIB y donde “tenemos que todavía ajustar el presupuesto, lo veo problemático y no positivo”. Este economista no cree que en estos momentos la renta universal básica sirviera para luchar contra la pobreza en el país, e incide en que lo más importante ahora sería implementar medidas que apostaran por que “todo el mundo, empezando por los jóvenes, tuviera un salario y un puesto de trabajo decentes, más que por una renta básica universal”. Sin embargo, Manuel Escudero no descarta discutir la RB en un futuro, cuando “la digitalización de la economía expulse de manera creciente del mercado” a cientos de trabajadores.
“Cada nueva idea pasa por tres fases. Primera: es una locura, no me haga perder el tiempo. Segunda: es posible, pero no vale la pena. Tercera: ¡ya dije desde el principio que era una buena idea!”. Así, parafraseando al escritor y científico británico Arthur C. Clarke comienza el estudio realizado por la organización Renta Básica. Solo el tiempo dirá si es ahí, hacia una renta básica universal hacia donde nos dirigimos, y si fue o no “una buena idea desde el principio”.
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