¿Por qué América Latina necesita un nuevo enfoque con relación al comercio?

La falta de una sólida infraestructura de transporte en América Latina dificulta el comercio ya que aumenta los costos y reduce la fiabilidad de suministros. Estudios del Banco Interamericano de Desarrollo demuestran que hacer frente a los costos de transporte puede ser una herramienta tan eficiente como las negociaciones comerciales para aumentar el comercio en la región.

El panorama general de América Latina no es positivo. Un análisis del Índice de Desempeño Logístico (LPI por sus siglas en inglés) del Banco Mundial en 2014  refuerza la necesidad de hacer más:

• Ningún país de América Latina está entre el 25% que encabeza el ranking mundial del Índice de Desempeño Logístico;
• Hay una gran heterogeneidad entre los países. Dos países de América Latina están a un nivel ligeramente por arriba del 70% del país con mejor desempeño (Alemania). Tres países están entre el 60-69% del país con mejor desempeño; ocho están entre el 50-60% y diez están por debajo del 50% del país con mejor desempeño.
• Los costos de infraestructura y la calidad son mayores problemas en América Latina que en otras regiones.

El transporte es fundamental para el desarrollo de las cadenas de suministro regionales. Las cadenas de suministros requieren una buena infraestructura, logística y facilitación de comercio entre fronteras. Sin esto, las empresas necesitan más reservas de stock y capital de trabajo. Esto tiene un gran impacto en la competitividad nacional y regional dados los altos costos financieros.

Los esfuerzos por cambiar la situación en América Latina no han sido suficientes. La crisis económica actual puede debilitar algunos de los esfuerzos regionales que ya enfrentaban retos por falta de organización de recursos, prioridades contradictorias, poco compromiso del sector privado y asimetrías regulatorias.

Planificar proyectos de infraestructura regional va a requerir un enfoque más realista. Los resultados limitados de diferentes iniciativas regionales como IIRSA, combinados con el actual ambiente fiscal, indican que los proyectos de infraestructura que amplían la integración de manera exitosa serán resultado de iniciativas nacionales y dirigidas hacia acciones bilaterales.

Se necesita un nuevo enfoque – pasar de una agenda muy ambiciosa a una más pragmática. Las iniciativas deben concentrarse en un número específico de países con metas comunes y también deben apuntar a depender menos de los recursos fiscales.

La nueva agenda

Se pueden alcanzar muchos beneficios con medidas sencillas basadas en más competencia en el mercado de transporte de bienes e iniciativas para facilitar el comercio enfocadas en aduanas y burocracia, sin perder oportunidades de desarrollo de infraestructura física.

Los costos de transacciones en América Latina son más altos de lo que deberían ser. Algunos ejemplos sugieren que se puede hacer mucho más para reducir los costos del comercio en la región:

• Un camión que viaja de Brasil a Argentina no puede ir hasta Chile para transportar una carga de vuelta a Brasil;
• El transporte marítimo de Brasil a Argentina se tiene que hacer por embarcaciones locales que operan bajo un sistema de cuotas, que divide el flete entre los dos países. Un barco proveniente de Europa no puede cargar la carga en un puerto brasileño y descargarla en un puerto en Argentina o en otro puerto del Pacífico latinoamericano;
• Un barco chileno en la ruta Valparaíso (Chile) – Montevideo (Uruguay) – Santos (Brasil)- Fortaleza (Brasil) no puede transportar carga de Montevideo a Santos por el acuerdo bilateral entre Brasil y Uruguay, ni de Santos a Fortaleza por la reserva de carga entre banderas;
• El horario diferente e irregular de las aduanas en las fronteras retrasa el flujo de camiones y aumenta los costos y riesgos para las empresas;

Más allá de la infraestructura física, dos iniciativas merecen prioridad:

• Más competencia en el transporte de bienes: esto requiere revisar los actuales acuerdos regionales con relación al transporte terrestre, marítimo y aéreo con el objetivo de reducir los costos de flete y aumentar la frecuencia de los viajes. Una verdadera competencia puede requerir abrir mercados fuera de los acuerdos regionales. Los países latinoamericanos también deberían discutir nuevos acuerdos de transporte marítimo y terrestre que cubran la creación de:
  • Un sistema de registros especiales para embarcaciones latinoamericanas para reducir los costos tributarios y operativos. Los barcos registrados tendrían acceso a todos los puertos de la región, sea cual sea. Hoy en día, la mitad del flete mundial está en paraísos fiscales o depende de un segundo registro especial;
  • Una placa latinoamericana para el transporte de mercancías. El acuerdo especificaría cuotas de transporte para cada país signatario. Todos los vehículos y empresas nacionales autorizados en estas cuotas estarían aptos para transportar bienes dentro y entre los países de la región.

Hay iniciativas importantes en la región que merecen estímulo. Necesitamos hacer más.

Este blog es parte de una serie de artículos publicados antes del Foro Económico Mundial sobre América Latina 2016, que tendrá lugar del 16 al 17 de junio en Medellín, Colombia.

Autor: José Augusto Coelho Fernandes es Director de Estrategias y Políticas de la CNI  (Confederación Nacional de Industrias). Es miembro del Consejo de la Agenda Global de Latinoamérica en el Foro Económico Mundial. Este artículo resume un estudio de la CNI sobre los retos con relación a la integración logística en América del Sur, 2015.