Cómo Internet de las cosas hace a las ciudades latinoamericanas más seguras

La seguridad pública es un tema de debate candente tanto entre ciudadanos como en los medios, con conversaciones que giran en torno a las expectativas de lo que las autoridades deberían hacer para mantener a salvo a la gente. Si bien queda claro que los ciudadanos tienen muchas expectativas puestas en las autoridades y las agencias de seguridad pública – tales como servicios de bomberos y rescate, ambulancias, servicios médicos de emergencia y policía – el compromiso va más allá de las voces que se elevaron. Los ciudadanos utilizan cada vez más Internet para su seguridad personal y ahora esperan que las autoridades hagan lo mismo.

Al acceder a información en Internet y compartirla y utilizar tecnología digital y aplicaciones a mayor escala, los ciudadanos acortan la brecha entre la seguridad personal y la pública.

La Internet de las cosas (IoT) tendrá un profundo impacto en el futuro y en la medida en que el sector de la seguridad pública se encuentre ante el desafío de operar de manera más confiable y eficiente, este es un área que puede beneficiarse mucho de la implementación de la Internet de las cosas.

Se espera que la cantidad de dispositivos conectados a la Internet de las cosas crezca un 21 % anual y se pronostica que alcance a 100 millones de dispositivos en América Latina para el año 2022.

Según el Informe de Movilidad de Ericsson, los consumidores de América Latina están avanzando rápidamente en una transformación hacia una sociedad conectada en red. La vida es más digital que nunca y muchas actividades cotidianas se realizan en línea, más que a través de los canales tradicionales.

Las organizaciones de seguridad pública enfrentan el desafío de reducir los costos, mejorar los tiempos de respuesta, reducir el crimen y manejar el impacto de los desastres naturales y condiciones climáticas extremas. Lidiar con este rango de sucesos requiere habilidades y capacidades múltiples, a menudo de muchas organizaciones diferentes, cada una con su propia especialización. Además, el tiempo que transcurre entre el momento en que se eleva una alerta y la respuesta puede ser crucial para los resultados. En la mayoría de las emergencias, se requieren múltiples grupos y especialistas.

En la actualidad, cada vez que se marcan los números telefónicos de emergencias y de la policía de la ciudad de São José dos Campos, São Paulo, Brasil, la municipalidad está lista para actuar y despachar los servicios necesarios. Ya sea un incendio, un accidente automovilístico, un crimen o un desastre natural, la persona que llama en peligro recibirá apoyo rápido y podrán salvarse vidas.

Desde que Ericsson desarrolló un sistema de respuesta a emergencias en São José dos Campos en 2012, la tasa de crimen se ha reducido en aproximadamente un 20 %. Además, al utilizar las tecnologías de la información y de la comunicación en las operaciones de seguridad pública cotidianas, ahora se resuelve el 60 % de los casos de homicidio, comparado con un promedio del 8 % en el resto de Brasil.

A nivel mundial, los servicios de emergencia reciben un volumen masivo de llamadas diarias y muchas vidas dependen de la velocidad de respuesta. Como tales, las operaciones de emergencia necesitan recursos y herramientas que puedan asistir con la toma de decisiones en tiempo real. São José dos Campos es como cualquier otra ciudad del mundo: el centro de operaciones integradas maneja miles de incidentes que se informan a través de llamadas telefónicas o detectan agentes en el centro. Estos sucesos varían desde simples investigaciones de incendios, accidentes o infracciones administrativas, hasta crímenes más graves contra la vida o la propiedad.

Es simple, pero no fácil, sugerir utilizar la Internet de las cosas para aumentar la seguridad de nuestras ciudades. Ericsson cree que combinando redes, soluciones integradas e información en tiempo real, la Internet de las cosas puede utilizarse para brindar el tipo de seguridad adecuado para ciudadanos privados y la seguridad para los gobiernos de ciudades.