Cómo revertir la caída en la innovación de tecnología baja en carbono

El objetivo del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a menos de 2 °C a finales del siglo XXI exige una reducción drástica de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que debe llegar a cerca de cero en menos de 100 años. El logro de esta descarbonización a largo plazo, al tiempo que se sostiene el crecimiento económico, requiere una inversión masiva en la innovación en tecnologías bajas en carbono actuales y posibles. Entonces, ¿por qué se desacelera la actividad en el momento en que más la necesitamos?

Podemos medir el ritmo y el progreso de la innovación baja en carbono al examinar la actividad de patentamiento global en tecnologías relacionadas. El crecimiento aquí podría reflejar el crecimiento general de las patentes en todas las tecnologías, así el gráfico siguiente indica las invenciones bajas en carbono como porcentaje de las invenciones en todos los campos de la tecnología.

Podemos ver un rápido crecimiento en la cantidad de patentes verdes presentadas en los últimos 30 años, y en particular desde 2005. Entre 2000 y 2013, la cantidad de nuevas invenciones destinadas a mitigar los cambios climáticos patentadas a nivel mundial creció a una tasa anual de casi el 10 %, más del doble de la tasa de innovación en todas las tecnologías. Sin embargo, los esfuerzos de innovación baja en carbono han comenzado a disminuir desde 2013.

Fuente: Cálculos del autor a partir de bases de datos estadísticos mundiales de patentes de la Oficina Europea de Patentes, proporcionados por el autor.

¿Excluidos por precios altos?

Uno de los principales impulsores de la innovación baja en carbono es el precio de la energía. En nuestro gráfico anterior, es evidente que los esfuerzos de innovación en tecnologías bajas en carbono van de la mano del precio del petróleo, que está fuertemente relacionado con el precio del carbón y el gas, los otros dos principales combustibles fósiles. La correlación, por supuesto, no es necesariamente la causalidad, pero existe una amplia evidencia de que los inversores reaccionan a los precios de la energía mediante el desarrollo (y por lo tanto, el ahorro de carbono) de tecnologías de ahorro energético.

Por lo tanto, sospechamos que la reciente disminución de la innovación baja en carbono es una consecuencia directa de la caída de los precios del petróleo de 110 USD por barril en agosto de 2013 a 51 USD este mes, lo que hace que el valor de los futuros ahorros de energía sea más bajo.

La innovación baja en carbono también responde al precio que pagan los países emisores de carbono por sus emisiones de carbono. Cuando el carbono se puede emitir sin costo —a pesar del daño generado mediante el aumento del cambio climático— las empresas y los consumidores carecen de incentivos para invertir en tecnologías de reducción de emisiones. Sin intervenciones políticas apropiadas, el mercado de tecnologías que reduzcan las emisiones estará limitado.

Fluctuaciones

Al hacer que las emisiones de carbono sean costosas, las políticas climáticas —como los impuestos sobre el carbono o los derechos de emisión— fomentan el desarrollo de nuevas tecnologías bajas en carbono. Después de todo, la investigación y el desarrollo están motivados por las ganancias.

Un informe reciente demuestra esto con toda claridad. El Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (EU ETS) obliga a 12 000 centros industriales a comprar derechos de emisión para cubrir las emisiones de carbono. En el cuadro siguiente, se muestra cómo se ha incrementado la actividad de innovación en tecnologías bajas en carbono entre las empresas reguladas. El cuadro representa gráficamente la actividad de patentamiento de tecnologías bajas en carbono de las empresas reguladas bajo el ETS de la Unión Europea en comparación con la de un grupo de control cuidadosamente seleccionado de empresas similares no reguladas.

Ambos grupos mostraron una actividad de innovación similar antes de la introducción del ETS de la Unión Europea, pero las empresas que se enfrentaron a un precio a las emisiones de carbono a partir de 2005 reaccionaron mediante la presentación de un 30 % más de patentes en tecnologías bajas en carbono, especialmente en energías renovables, almacenamiento de energía, eficiencia energética y secuestro de carbono.

Es interesante señalar que el efecto sobre la innovación se produjo cuando el precio del carbono en el mercado era de unos 30 EUR por tonelada de CO2 y cuando las empresas esperaban que los precios se mantuvieran en un nivel alto en un futuro previsible. Puesto que las expectativas sobre los precios futuros son las que determinan la innovación, una reglamentación coherente a largo plazo es crucial. La evidencia reciente sugiere que hasta un 90 % de la reciente caída de los precios de carbono de ETS de la Unión Europea a aproximadamente 6 EUR la tonelada podría explicarse por la incertidumbre sobre el nivel de ambición en torno a objetivos climáticos a largo plazo.

Por lo tanto, un precio del carbono lo suficientemente elevado y estable estimula el desarrollo de tecnologías bajas en carbono. Sin embargo, un reciente análisis de la OCDE muestra que el precio de las emisiones de carbono a nivel mundial sigue siendo extremadamente bajo. Entre los 41 países de la OCDE y del G-20 encuestados (que representan el 80 % de todas las emisiones de carbono y uso de energía en todo el mundo), un 70 % de las emisiones no tiene precio en absoluto y solo el 4 % está sujeta a un precio del carbono por encima de 30 EUR, unaestimación conservadora del dañoque resulta de la emisión de una tonelada de dióxido de carbono.

Una consecuencia de nuestro análisis es que los precios de carbono más altos y más estables que se observan hoy en día son una condición necesaria para reiniciar la máquina de innovación baja en carbono. Esto resulta especialmente importante dado que el otro conductor principal del desarrollo de tecnologías bajas en carbono, el precio de los combustibles fósiles, se encuentran en un mínimo histórico e inestable. Acordar un precio único de carbono mínimo vinculante a nivel internacional o establecer una banda de precios por los derechos de emisión de CO2 en los mercados de carbono existentes ofrecería el tipo de estabilidad de la que los innovadores carecen actualmente.

Financiamiento

Al igual que con otras innovaciones, por lo general es imposible que los inventores de productos bajos en carbono recojan todos los beneficios de sus innovaciones. Los fabricantes de teléfonos inteligentes pudieron copiar de Apple la idea del iPhone, incluso cuando no pudieron copiar el dispositivo en sí. Esta escasa apropiación de los ingresos procedentes de la innovación conduce a la falta de inversiones en investigación y desarrollo. Este es particularmente el caso de las tecnologías limpias.

Superar esto requiere de políticas de innovación, como la financiación pública para investigaciones básicas, las subvenciones a investigación y desarrollo privado, un mejor acceso a la financiación, la financiación de proyectos de demostración, incubadoras y aceleradores tecnológicos, y el respaldo para el despliegue comercial de las tecnologías en fase inicial, por ejemplo, las tarifas de alimentación que subvencionan la electricidad producida a partir de fuentes renovables.

Durante las conversaciones de París, veinte países de todo el mundo desarrollado y en desarrollo se comprometieron a duplicar su inversión en investigación y desarrollo de energía limpia en cinco años. Esto es positivo, y ahora debe materializarse.

Sin embargo, las políticas de apoyo tecnológico por sí mismas son irrelevantes. Si no existe un precio del carbono para generar una demanda de mercado para cuestiones como la captura y almacenamiento de carbono (CAC), no se llevará a cabo investigación y desarrollo, incluso si existen grandes subsidios. En 2009, la Comisión Europea puso en marcha un programa que dedica mil millones de euros a cofinanciar proyectos de CAC, pero todos los proyectos con apoyo oficialya se han abandonado debido a los bajos precios del carbono en el mercado.

El cumplimiento del compromiso asumido en el Acuerdo de París requerirá que todos los países adopten tecnologías alternativas bajas en carbono en todos sus sectores. Para lograrlo, es indispensable contar con más fondos públicos para investigación y desarrollo bajo en carbono y mecanismos de fijación de precios de carbono más altos y estables. Con todos los ojos puestos ahora en COP22, es de esperar que los acontecimientos en Marrakech puedan ofrecer un mayor compromiso con la innovación baja en carbono como parte central del camino a seguir.